La vuelta al cuerpo y a lo tangible

La artista balear Ela Fidalgo acaba de exponer en Madrid y también en Mallorca, su tierra natal, con una serie dedicada al cuerpo desfragmentado, en evolución y (literalmente) bordado.

Mi abuela era bordadora y, curiosamente, yo también he acabado bordando”. Lo afirma Ela Fidalgo (Palma de Mallorca, 1993) pese a que, en el caso de esta artista, no son mantones de manila o trajes regionales lo que ella confecciona. Y, aunque en sus orígenes sí cursó diseño de moda, lo suyo tampoco son vestidos. Fidalgo, literalmente, borda sus cuadros. Armada con óleos o ceras, se dedica a pintar sobre lienzos para después cubrir de tules y algodones las figuras. Ahora bien, en el fondo el concepto guarda cierta similitud con el de una pieza de ropa. “El trabajo tejido es el hilo conductor, enlaza todo, lo envuelve y lo conecta”, explica: “Cuantas más capas de tul, el dibujo se vuelve más opaco. El tul es la idea de las capas que se van solapando, hay transparencias y también zonas más opacas. Es como los parches que tenemos todos, que ponemos para no mostrar nuestras debilidades y miedos ante los demás”.

La muestra se compone de una serie de cuadros, muchos en gran formato, acompañados por una escultura hinchable de tamaño también XXL.

Antes de viajar a Mallorca, la exposición De ente et essencia se presentó por primera vez, del 6 al 9 de octubre, en la calle Jorge Juan, 137 de Madrid

Así ocurre con las obras de Fidalgo en su primera exposición individual De ente et essencia, presentada a principios de octubre en TBC, Madrid, y que llegó a Palma de Mallorca a mediados de mes, concretamente a La Bibi Gallery, la galería que actualmente representa a la artista. En su muestra, el cuerpo desnudo es el absoluto protagonista. Cuerpos diferentes que se entrelazan pero que parten todos de una misma fuente, ella misma. “Mi pareja es fotógrafo y me hizo una serie de retratos desnuda con los que he trabajado. A partir de aquellas posiciones, he ido deformando los cuerpos”, comenta. No se trata de composiciones realistas, sino de miembros que se solapan y dialogan entre sí, cuerpos imperfectos que apelan casi a un estudio anatómico y a un trabajo casi terapéutico sobre la propia fisonomía humana.

En las composiciones, cuerpos entrelazados son la base del trabajo pictórico sobre el que el tul bordado crea transparencias y capas.

De diseñadora de moda a artista transversal

Aunque inicialmente quería ser directora de arte, decidió estudiar moda. “Siempre me hacía mis propios outfits con materiales reciclados, algo que sigo haciendo en mi taller incluso hoy en día”, informa Fidalgo: “Las piezas que comencé a crear no se acercaban ni al prêt-à-porter ni tampoco a la alta costura, eran más bien piezas escultóricas con materiales reciclados, como los vestidos de lámparas que presenté en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid en 2016”. Por ese trabajo recibió el Premio Ego Samsung, el primero de los reconocimientos. También fue finalista en el prestigioso Festival d’Hyères con su colección Earthwork en 2018.

“Fue un punto de inflexión en mi vida. Al conocer el sector de las firmas de moda decidí salirme y apostar por un camino mucho más artístico, lanzándome a dibujar. Pero eso no significa que en algún momento, puntualmente, saque una colección cápsula si me apetece, aunque no lo haré para vender”, asegura. De hecho, sus colecciones de moda no están a la venta, la artista ha optado siempre por el alquiler de prendas que le permite acercarse, según ella, a una economía mucho más circular.

Una de las piezas de la colección Earthwork de Ela Fidalgo, finalista del Festival d’Hyères en su edición del 2018 (foto: Marc Medina). En la otra imagen, la artista autora de la muestra posa en La Bibi Gallery (foto: La Bibi Gallery).

Con 23 años, Fidalgo presentó su primera exposición individual en una galería de Mallorca, era una muestra titulada Trabajo en curso. Y, desde entonces hasta hoy, se ha centrado por completo en su producción artística que incluye pintura, escultura e instalación. En todas sus obras, la presencia de la costura y las telas marca un estilo propio a través de bordados y patchworks. Con ellas también ha obtenido un reconocimiento inmediato. El último, en este 2022, cuando participó con La Bibi Gallery en la feria UVNT (Urvanity Art Fair) y resultó galardonada con el Premio Fundación Nadine, un logro que le llevará a participar de nuevo en la edición del 2023 con una escultura en la que ya está trabajando. “También estaré en varias charlas y debates de Urvanity”, añade.

Un proceso de investigación total

La exposición De ente et essencia, su último proyecto, la creó en un taller donde la mallorquina cuenta con la colaboración de un equipo que pretende ir reduciendo para poder enfocarse más en su trabajo personal. La muestra comenzó a trabajarla en abril. “Primero, como en todo proceso, me dediqué a detectar qué tema quería tratar. En mi anterior exposición, titulada Narcisistas contemporáneos, reflexionaba sobre las redes sociales. En esa investigación aparecieron los conceptos de transhumanismo y posthumanismo, dos temas que me generaron muchas preguntas”, cuenta ella recordando el germen de estos últimos meses de trabajo. Antes de enfrentarse al lienzo, la artista suele empaparse de lecturas. Un texto de Tomás de Aquino la dirigió al título de la muestra, De ente et essentia (Sobre el ente y la esencia). “Me pareció curioso utilizar el latín como lengua madre, esqueleto de la nuestra y tan olvidada a la vez. Una metáfora de lo que nos ocurre como núcleo social”, considera.

Para este último trabajo ha pasado además por San Agustín, pero también por el ensayista holandés Rutger Bregman, el filósofo Edmund Husserl, Bacon o el mismo Nietzsche, figuras que le han ayudado a plantearse cuestiones universales. Como complemento ineludible, Fidalgo ha mirado hacia su interior. “Ha sido un aprendizaje pero también una acción terapéutica a la vez que aterradora”, reconoce: “De más pequeña sufrí un trastorno alimenticio, de ahí que tenga episodios de ansiedad y, sobre todo, de dismorfia sobre mi cuerpo”.

Todas las piezas de la exposición están hechas con acrílico bordado en lana y algodón y patchwork sobre lienzo.

Volver al cuerpo vulnerable

“El transhumanismo consiste en mejorar el cuerpo y la mente a través de la tecnología. Algo que hacemos en la medicina o, incluso, cuando nos sometemos a un injerto. El problema viene cuando nos saltamos la ética. Mientras, el posthumanismo sería, por ejemplo, una conciencia subida a un servidor”, resume la artista para explicar el origen de su investigación: “Mi pregunta con todo esto es: ¿qué es lo que nos hace humanos? ¿Tan solo esa conciencia? ¿Qué es el alma?”. Grandes preguntas que han recorrido la historia de la filosofía y para la que Fidalgo intuye una respuesta: “Para mí, el alma es la manera en la que hacemos las cosas, nuestro gesto. Recapacitar sobre todo esto me devuelve al cuerpo, a la anatomía”.

Bajo tal prisma filosófico, crear sobre el lienzo esos cuerpos que son imperfectos, pero a la vez tan bellos, es su manera particular de interpelar al observador. “Señalándole que lo perfecto se estanca pero lo imperfecto cambia”, concluye: “Porque eso es la creatividad. Si nos obsesionamos con mejorar constantemente nuestro cuerpo modificándolo con tecnología, nos perdemos la realidad”. El cuerpo como templo, el contenedor de todo. El cuerpo imperfecto y también vulnerable. Los cuerpos envejecidos y deformados. Todo ello se convierte en fuerza y emoción. Al final, la de la mallorquina Ela Fidalgo supone a día de hoy una muestra tan crítica como vitalista, aparte de muy necesaria.

La mallorquina tiene algo más que añadir: “Nuestra bandera tendría que ser la lucha por la imperfección, por las personas que no están sometidas a un control de lo que es perfecto, los que se resisten por una vida real, pese a pasar por momentos de sufrimiento y dolor”.

 

Uno de los lienzos visto por detrás, en el que pueden apreciarse las puntadas.

 

En la serie que compone De ente et essentia sus personajes (con algunos autorretratos) no son hiperrealistas, ni siquiera realistas. “A veces, mis figuras tienen seis dedos porque se me ha colado uno. Otras, no tienen piernas pero, ¿por qué no? Seguro que hay personas con más o menos miembros. Lo que intento evocar, de alguna manera, es otra clase no perfecta de belleza”, sentencia la artista.

Fuente: https://maneramagazine.com

 

 

 

 

 

 

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